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LA VIDA MISMA.GERMÁN

Si no puedes escribir, escribe

jueves, 27 de diciembre de 2012



SESIONES
DE
BEN LEWIN


         “Sesiones” pertenece a ese tipo de películas que vas a ver a la sala con un cierto nivel de desconocimiento escéptico y terminas saliendo con la satisfacción de haber asistido a la narración de una bella historia muy bien contada. La película está muy alejada de los estereotipos que nos presentan otras obras que, si bien pueden ser de un gran entretenimiento, no  abandonan el mundo de lo predecible y de la sonrisa fácil, aunque esto tampoco debe despreciarse y como muestra, podemos recordar los buenos momentos que nos procuró recientemente “Intocable”

         Durante su visionado aprendes que la discapacidad, no sólo nos enseña a ser más humanos y solidarios -algo muy diferente a ser compasivos- sino también a entender cómo frente a situaciones como la que nos presenta el director, comprendemos mejor la naturaleza de los hombres. Así nos preguntamos ¿Qué sentido tiene oponerse a la naturaleza de nuestros comportamientos y en particular a nuestros impulsos sexuales? Incluso muy a pesar de nuestras convicciones y principios, algo que interpreta magistralmente William H. Macy, un sacerdote más humano que próximo a la teología de la liberación y otras tendencias de la Iglesia Católica que pretenden su modernización.

         El papel de gran minusválido que únicamente puede vivir unas horas diarias, y digo vivir y no sobrevivir, porque el resto del tiempo tiene que estar  atado a un pulmón de acero, lo interpreta John Hawkes. No solamente se mete en la piel del personaje sino que nos hace a todos los espectadores partícipes de su vitalidad, que lo traduce en una enorme coquetería y en su firme deseo de abandonar la virginidad ¿Por qué no?

         A Helen Hunt, actriz ni guapa ni fea, el director le asigna el papel de terapeuta sexual y lo encarna haciéndonos disfrutar de un personaje profesional, dotado de una sensibilidad propia de vocaciones difíciles de entender si no se tiene ese don de la naturaleza. ¡Cuánto tenemos que aprender sobre dependencia…..! Quizás no sería mala idea que en estos tiempos de recortes, algunos de los adalides de las eliminaciones de las ayudas a la dependencia viesen la película y entenderían en qué consiste. Personalmente creía entender la necesidad de las ayudas a la dependencia, después de ver esta película me he reforzado en mis convicciones. ¡Cuánto nos queda por desarrollar en este terreno!

         El final de la película coincide con un sentimiento de enamoramiento del protagonista, tanto por parte de los actores como de los espectadores. No por su tesón, ni por su fortaleza de ánimo, dos de las característica a las que generalmente se recurre para ensalzar a las personas con alguna discapacidad, sino porque todos, dentro y fuera de la película, le admiran sin considerar su minusvalía. La suya es una personalidad que te hace olvidar completamente su discapacidad.

Germán.


domingo, 16 de diciembre de 2012



EL MUSEO DEL CINE
GIRONA

         Durante el pasado puente de la Constitución he visitado la ciudad de Girona. Me ha generado muchas variadas sensaciones, todas ellas positivas. Es una ciudad monumental digna de pasearse, la gente es de una amabilidad reseñable y, por cierto, no he notado ninguna presión nacionalista, todo lo contrario me he sentido en un lugar muy acogedor y eso que yo tengo un muy marcado acento de Madrid. Tengo la impresión, por tanto, de que esto de la presión nacionalista catalana, no es más que un invento de nacionalistas españoles que intentan presentarnos una imagen sesgada de Catalunya, con el objetivo de imponer sus valores culturales, pasando por encima de los sentimientos de muchos ciudadanos de esa Comunidad Autónoma, País o como quiera cada uno denominarla.
         Una vez aclaradas las buenas vibraciones que me ha transmitido la ciudad me parece destacable que tenga entre sus atracciones culturales un Museo del Cine. Una institución municipal en la que se ha recogido y ordenado la colección de un ciudadano catalán llamado Tomas Mallol. El recorrido organizado cronológicamente nos muestra una amplísima colección de objetos que van desde mitad del siglo XVII hasta 1970, en la que nos muestra toda clase de artilugios que el hombre ha desarrollado para dar movimiento a las imágenes y así poder reflejar desde la vida de la naturaleza, de las personas y de las sociedades hasta permitir la construcción de narraciones que nos evocan sentimientos de todo tipo para configurar lo que hoy conocemos como el arte del cine.
         Resulta especialmente llamativo el interés de los hombres por intentar reflejarse en imágenes y particularmente en imágenes en movimiento. La visita a este tranquilo museo también te permite poder manipular algunos objetos de la prehistoria del cine mediante acciones manuales que te muestran imágenes en movimiento. La sonrisa traviesamente infantil que te provoca  te ayuda a comprender porque desde sus inicios el cine es considerado un espectáculo.
Los visitantes pueden disfrutar de un recorrido a través de todos estos increíbles objetos ordenados con un gran sentido pedagógico. Pero la superficialidad que va aparejada a la actividad turística te impide disfrutar de su biblioteca, hemeroteca, videoteca y fonoteca. Estos últimos elementos deben ser y, así creo yo que son, el sentido último de este museo. El museo del cine no debería ser exclusivamente la colección ordenada de los objetos que permiten captar las imágenes y las imágenes en movimiento. Todo ello debería estar vinculado a los resultados obtenidos por todo este conjunto de artilugios. Ésta es la parte que, desgraciadamente, una visita turística no te permite apreciar.
         Mis felicitaciones al Ayuntamiento de Girona por esta iniciativa que añade atractivo a una ya en si misma interesante y hermosa ciudad. Si visitáis Girona, id al museo del cine, merece la pena. 
Germán.

sábado, 15 de diciembre de 2012


UNA PISTOLA EN CADA MANO
 DE
 Cesc Gay

         Deliciosa película coral la firmada por Cesc Gay. Estructurada en forma de pequeños relatos cuyos personajes se entrecruzan para mostrar la vulnerabilidad, el desconcierto y la torpeza del hombre de nuestro tiempo en el terreno afectivo. Con un gusto exquisito, tino y agudeza, nos va desgranando las cuitas de unos personajes masculinos inseguros, desorientados, cómicos  o simplemente patéticos, en sus relaciones/conflictos de pareja.
         Las magistrales interpretaciones del elenco de actores, nos muestran con gran naturalidad las incertidumbres de sus personajes, tan cotidianos como excéntricos. Los duelos interpretativos (hombre/hombre, mujer/hombre) encadenan unas historias repletas de ternura y chispa, para confluir, al final, en un mundo compartido por casi todos.
         Cesc Gay inició su periplo en el cine de relatos breves de vidas entrelazadas, con la majestuosa “En la ciudad”, en la que ya daba buena muestra de la delicadeza, el buen tono y la agudeza en la disección de unos personajes plenamente actuales, así como de sus incertidumbres: la  incomprensible infelicidad de los que han alcanzado el éxito personal y profesional; el asombroso conformismo de los fracasados; el absoluto desconocimiento  masculino de la psicología femenina; el desconcierto  masculino ante la “nueva mujer”; la torpeza, las consecuencias de las frivolidades amorosas, o los efectos de las inseguridad en las relaciones de pareja……..Asuntos todos ellos cotidianos, relatados en clave de humor, donde la complicidad y la empatía son la perspectiva de la mirada del autor. Resultan, de esta forma, historias deliciosas y aparecen como extraordinarias.
         Recuerda al “Short Cuts” de Robert Altman, salvando las distancias geográficas y generacionales, si bien las cuestiones planteadas son, asimismo,  universales.  Mis preferencias van para las historias protagonizadas por el siempre soberbio Ricardo Darín, y su gran oponente Luis Tosar, y en especial la del  guaperas, pero muy correcto Fernando Noriega y la vigorosa Candela Peña (que está de 10).
        
         Pues sí, historias imaginadas que muestran personajes reconocibles, situaciones por todos vividas,  en eso consiste “Una pistola en cada mano”, cuyo título ya nos da idea del ridículo universo masculino retratado. Esta es la magia del cine: convertir en extraordinarias historias corrientes de personas corrientes.  Mérito éste sólo al alcance de algunos, y Cesc Gay es uno de ellos. Enhorabuena. Confío en que los próximos Goya le reconozcan el excelente trabajo.

Alicia dixit


miércoles, 12 de diciembre de 2012


SKYFALL
DE
SAM MENDES

            Gran exponente del cine de acción,“Skyfall” engancha por igual a incondicionales y a descreídos. Yo, que me incluyo en el segundo de los colectivos, y voy a regañadientes a ver este tipo de cintas, he salido satisfecha de la sala. Sobran las palabras: contiene el repertorio completo de escenas trepidantes propias del género,  rodadas con maestría y buen gusto. El intrépido Agente 007, está magníficamente interpretado por Daniel Craigg, actor al que no tenía el gusto de conocer y que resulta ser  un más que digno James Bond: contenido y a la vez  cabal en lo físico (goza de una estupenda forma) y  en lo psicológico (convierte  su  arquetípico personaje en alguien más cercano, más real,  más humano).  A reseñar el trabajo de Bardem, que nos  obsequia con  un  peculiar y muy sugestivo villano. In short, excelente trabajo del siempre interesante Sam Mendes. Paradigma del cine de evasión,  para deleite de todos los paladares, no me  cabe sino recomendarla.
Alicia dixit


sábado, 17 de noviembre de 2012



EN LA CASA

DE

FRANÇOIS OZON

         El director de la película “En la casa”, tiene una gran capacidad de trabajo. Cada año hace una nueva lo que supone añadir dificultades a la ya ardua tarea de hacer cine. Si reunir todos los requisitos para hacer una buena obra es complicado, hacerlo casi por obligación en tan corto espacio de tiempo, tiene un mérito notable. No voy a extenderme mucho más sobre aspectos como éste para ser fiel al principio que inspiró la creación de este Blog: “hablar con pasión y no con erudición”, por lo que a continuación me centro en lo que me sugirió el film.

         La historia es sobresaliente, basada en una obra de teatro del dramaturgo español Juan Mayorga. Genera gran inquietud y no se pierde, en ningún momento, la concentración. Aunque sólo sea por este motivo ya la convierte en una obra muy recomendable.

         El guión es de rabiosa actualidad, trata sobre la clase media. Una clase social que se ha puesto de moda en los últimos tiempos por ser la gran sufridora de los errores y de las decisiones intencionadas que nuestros supuestos líderes, tanto de izquierdas como de derechas, están adoptando. Entre los que forman parte de este segmento social los hay que sienten añoranza; los hay que sienten, sin saberlo, hastío vital perteneciendo a ella  y, por último están, los que no saben ni interpretar ni expresar su sentimiento de pertenencia de clase e impulsan a alguien hacia un voyeurismo malsano que les ayude a sobrellevar su triste mediocridad.

Todas estas circunstancias están muy bien construidas en el conjunto de la obra. Todos los actores han entendido, dudo si consciente o inconscientemente, su papel y lo interpretan estupendamente, especialmente Ernst Umhauer (Claude) y Kristin Scott Thomas (Jeanne), ésta con un dominio del idioma francés asombroso.

En la ficción es fácil imaginar que el comportamiento humano responde a patrones muy definidos y que esto permite manejar a las personas casi al  antojo del manipulador, sobre todo si este se sitúa en una posición intelectualmente dominante. En la realidad, es otra cosa: en el comportamiento humano siempre hay variables inmanejables que impiden las manipulaciones absolutas. La cuestión es que en el mundo hay muchas personas que, en aspectos como estos, no distinguen entre ficción y realidad. Esta película y su gran guión nos lo muestran de manera inmejorable.

Germán


domingo, 4 de noviembre de 2012


LO IMPOSIBLE
DE
J.A. BAYONA


Las cifras hablan por sí mismas y no seré yo quien las contradiga, si bien, no   todos los éxitos de taquilla son  necesariamente grandes películas. Sin embargo “Lo imposible” ofrece todo lo que puede esperarse de una película  aclamada por el público. No decepciona.  Técnicamente no tiene nada que envidiarle a ninguna cinta sobre catástrofes o  desastres naturales  de las que tanto gusta la industria americana, por lo que no desmerece en nada a  lo más granado del género.  Está impecablemente realizada  con lo que resulta del todo verosímil,  no sólo porque sabemos que está basada en un hecho real, sino porque se cuenta con una perfecta puesta en pantalla. Las escenas iniciales son memorables, pero  el ritmo  y  la tensión se mantienen en un constante in crescendo, que culmina con el final de la película. Y ello contado con la sencillez de un guión propio para la ocasión, (que no tiene nada de especial) pero que  logra mantener el clímax  en todo momento, a pesar de que conocemos el final feliz de la historia (de esta historia en particular). Recrea el desastre a la perfección, en un primer momento y en los inmediatamente posteriores a la tragedia. Y cuenta una historia devastadora con final feliz, lo que es de agradecer  y que sin duda contribuye a dejar satisfechos a los más  que variados públicos que se acercan a verla. Porque es una película para todos los públicos, lo que en mi opinión, es otro mérito añadido.  No enfocar una historia a un determinado tipo de audiencia,  añade más dificultad, si cabe, al objetivo de entretener.  Y esta película entretiene a todos,   con el mensaje positivo  de que cosas como la relatada pueden ocurrir, aunque parezca mentira.  No sé si es un reconocimiento  a la existencia de la  buena estrella  o sencillamente  una bocanada de optimismo, el que se encuentre una historia con  final feliz dentro del  mismísimo infierno.   Y más allá del relato de lo que sucedió (supongo que con las dosis de ficción necesarias para componer la película)  no hay moralejas, ni  mensajes místicos. Solo se muestra cómo de los humanos se puede esperar lo peor y lo mejor en situaciones límite. Cómo siempre surge  quien se presta a ayudar   cuando más se necesita.  Este canto a la solidaridad de la gente, es el único  mensaje  subyacente, si es que se puede llamar así,   aunque no resulta exagerado.  Es más, parece claro que  responde a la realidad de lo que allí ocurrió, que es,  en suma, una mera descripción. Otra cosa es cómo  los actores  recrean la tragedia.  Y lo hacen muy acertadamente, incluidos los niños, cuyas interpretaciones contribuyen a hacer más inquietante el filme. Naomi Watts está inmejorable, y es sobre ella sobre la que recae la responsabilidad de  conmovernos  y de  mantenernos absortos la mayor parte del tiempo frente a la pantalla.
Respecto al ritmo y al desarrollo de los acontecimientos, siendo efectistas, resultan del todo adecuados, llegando  a conseguir el cénit de la tensión  en diferentes momentos del filme: al principio, cuando  la primera ola arrastra a la madre y al hijo mayor, en el medio y  al final, cuando se produce el encuentro entre el padre y  los tres hijos….etc. Vamos que la maestría de J. A. Bayona queda fuera de toda duda.  Y hay quien sostiene que para ver buen cine  de evasión hay   que recurrir al cine americano………!!!!!!.Para hacer buen cine  solo  hay que apoyar económicamente  al  mucho talento que anda por ahí. Y en este país tenemos nuestra  nada desdeñable cuota.  Espero que los recortes no lo dañen.
Alicia Dixit



ARGO
DE
BEN AFFLECK

En numerosas ocasiones me he pronunciado a favor del cine típicamente americano, una forma de hacer cine que nadie mejora a la industria de Hollywood. Con ese espíritu he ido a ver ARGO una película totalmente fiel a esas esencias.
Se trata de una película de espías que cuenta con todos los ingredientes de este género. Una propuesta inverosímil ejecutada con una maestría que únicamente poseen los espías americanos y que abusa de la tontuna de los enemigos, en este caso los iraníes en plena revolución islamista, en fin.
La ejecución de la película es perfecta, un buen guion soportado en un sorprendente Ben Affleck, en ocasiones un tanto envarado, y en un elenco de actores secundarios más notables que sobresalientes. Los recursos empleados por el director  para conseguir mantener la tensión y el suspense, se utilizan encadenando una sucesión de incidentes menores, con el objetivo de hacer creer al espectador que la misión va a fracasar en cualquier momento (Estos recursos recuerdan a los que Alfred Hitchkock utilizaba recurrentemente). El  final feliz lo resuelve privando de reconocimiento público al verdadero héroe, un comprometido funcionario con una encomiable vocación de servicio.
Este género de películas de entretenimiento no hay que perdérselas, sobre todo si son tan notables como esta porque te relajan, te distraen y estoy seguro que incluso ayudan a corregir a la baja la presión arterial. El tiempo que pasas en el cine estás entretenido y te olvidas de todas esas cosas que te generan tensiones.
Una película con la única pretensión de divertirnos durante las dos horas que dura su metraje y de mantenernos a cierta distancia de nuestras preocupaciones cotidianas.
Muy recomendable.
Germán.  

viernes, 26 de octubre de 2012

Opinión de Alicia Dixit sobre, El fraude

EL FRAUDE
DE
NICHOLAS JARECKI



Tengo que discrepar de todo lo dicho hasta aquí. Y no es que no fuera predispuesta al cine, porque iba  con el firme convencimiento de disfrutar de un thriller de calidad. Sin ideas preconcebidas  -a pesar de que el protagonista no es santo de mi devoción-   salvo la de que era, indiscutiblemente,  una digna muestra del cine de su género (ya lo había predicho  en su crónica Boyero, en el estreno en el festival de San Sebastián…..). Puede que por las expectativas que no veía cumplidas,  mi desconcierto   y mi impaciencia fueron en aumento a medida que pasaba el tiempo, y no me lograba meter en la historia. Y no, terminó la película sin pena ni gloria. Nunca llegó a interesarme lo suficiente. Todo en  ella  es absolutamente previsible. Me recordaba a “La feria de las vanidades”, pero en mediocre. Todo muy visto, muy convencional. El guión tramposo, los líos financieros están oscuros (o al menos para mí), lo que me hace suponer que no se les da ninguna importancia (historia inverosímil la de las inversiones rusas)  o que se menosprecia   la agudeza de la  audiencia, y se dejan entrever los tejemanejes, sin entrar en detalles, porque no son la cuestión central, a pesar de que toda la trama  gira a su alrededor. Desconcertante, porque no es que no te enteres, es que te  lo cuentan mal. Bueno, no deja de ser una forma de plantearlo. O puede que lo verdaderamente importante fuera la descripción de los personajes y sus relaciones. Y si esto es lo primordial, tampoco con eso se consigue entusiasmar: ni los personajes tienen el carisma suficiente, ni los actores la garra necesaria, aunque resulta  francamente difícil con una  historia tan manida. Lo de siempre, el hombre de negocios sin escrúpulos, la mujer que hace la vista gorda en tanto que no se atente contra la familia, la hija naïve que se decepciona cuando descubre  que su padre no es  el honrado hombre de negocios,  además de filántropo convencido, que ella pensaba que era, por no mencionar “ el incidente” con la artista francesa (no podía ser menos original…..) Un dèjá vu sin fin. Tenía que haberlo esperado, siendo  además Richard Gere quien lleva el peso de la película (esto sí es un prejuicio, lo admito). Pero por esta vez ha funcionado a posteriori, que conste.  Por otra parte,  tampoco Susan Sarandon tiene un papel brillante, ni la hija, ni los abogados. Si acaso  se salvan el policía (Tim Roth) o  el joven negro (desconozco su nombre)  aunque su papel resulta ser el más artificial de todos:  “para variar, vamos a poner  de bueno de la película al chico negro, en contraposición con los malvado hombres blancos… Qué yupi!! “ (tampoco el vínculo entre el protagonista y este   personaje queda claro, por otra parte).
Además, ha sido una sorpresa descubrir que Laetitia Casta no parece hacer buenas migas con la cámara,  porque además  de poco convincente, aparece bastante desmejorada o puede  que el papel de artista atormentada que interpreta, requiriera un cierto deterioro físico, no sé.
Demasiados enigmas  para un resultado tan decepcionante. No aporta nada nuevo. Vamos, lo dicho, nada del otro jueves. Se deja ver, sin más.
Alicia Dixit

domingo, 21 de octubre de 2012



TODOS TENEMOS UN PLAN

De

 Ana Pirterbarg

 

Voy a ver “Todos tenemos un plan”, con poca convicción. Acudo al olor de un thriller sugerente (este género es para mí un imán, per se, tanto en cine como en literatura) ; por la presencia en la pantalla del siempre atractivo Viggo Mortensen (todos tenemos alguna debilidad);  por la previsible buena factura del  film argentino  (según deduzco de alguna imprecisa crítica de las que tanto abundan en prensa, tras cuya lectura uno no sabe  qué opina el crítico, verdaderamente, de la película) y claro está,  por mi intuición, que es,  en mi caso, casi siempre una guía certera. Y qué me encuentro? Una historia lúcida, bien hilvanada. Un guión excelentemente trabado. Una asombrosa recreación de un ambiente y unos personajes con una vida sórdida. Una sucesión de incógnitas bien resueltas,  clave de cualquier thriller que se precie.  Una acertadísima ambientación: ni un atisbo de luz que represente la esperanza para unos personajes sin salvación; el  tono lúgubre, gris  de un paisaje más que frío, húmedo, desapacible  que enmarca a la perfección la vida miserable de unos personajes siniestros. Y  cómo no,  la maestría de unos memorables secundarios, que oscurecen, con su buen tino, el quehacer de los ganchos comerciales que son Viggo Mortensen y Soledad Villamil (“El secreto de sus ojos”,” El mismo amor, la misma lluvia” de Campanella, o “No sos vos, soy yo”, por mencionar algunos ejemplos de su ya larga filmografía). Soledad tiene un pequeño papel que no da más de sí. Viggo, con su peculiar dicción, su parsimonioso  discurso, (que supongo tiene que ver con la falta de fluidez de un segundo idioma, que aun a pesar de haberse aprendido prontamente, se pierde irremediablemente con el transcurso del tiempo), está falto de espontaneidad. Pero da igual, porque el verdadero protagonismo les corresponde a los personajes, supuestamente secundarios, protagonizados por los excelentes Daniel Fanego, Javier Godino  y Sofía Gala Castiglione. No recuerdo haber visto a ninguno de ellos en acción con anterioridad, pero transmiten una verdad  a sus personajes, que les hace inolvidables  al tiempo que dignos representantes de la más que acreditada cultura dramática argentina. Porque, en mi caso,  del cine argentino, debo decir, siempre me gustan sus interpretaciones. Incluso cuando las películas no me emocionan lo más mínimo, me dejan del todo  indiferente,  o me decepcionan abiertamente, jamás  salgo de la sala decepcionada por el  trabajo de los intérpretes. Y esto no es una percepción personal, el ingente número de brillantes actores argentinos, es una cuestión objetivamente constatable.

Así que, once again, salgo complacida del cine. Acabo de disfrutar de  un bien ideado thriller, que está magníficamente  dirigido además de  brillantemente interpretado, se puede pedir más?

Alicia dixit.

jueves, 18 de octubre de 2012


EL FRAUDE

 

DE

 

NICHOLAS JARECKI

 

 

         ¿Cuál es la diferencia entre el cine norteamericano, y el español, el europeo en general, el asiático y demás? Sin lugar a dudas que el cine norteamericano es una industria y lo demás son meros simulacros. Su enorme potencial industrial, unido a su inteligente capacidad para generar negocios, hace que fabriquen películas de muchos tipos sin necesidad de sentirse obligados a producir únicamente de obras de arte. Su gran experiencia les permite hacer películas soportadas en buenos guiones, elaborados con mucho oficio, con lo que consiguen acertar con la magia del entretenimiento, que no es poco. Y así es el filme “EL FRAUDE”, un magnifico entretenimiento, alejado de grandes pretensiones que consigue que pases un buen rato y que con el tiempo, cuando la editen en DVD o se pueda ver por televisión, la recuerdes y aceptes volver a verla, porque disfrutaste en su día de un momento agradable.

         Está rodada en New York. Es imposible escoger otra ciudad para esta historia que es una brillante narración acerca de los hombres de negocios (los de verdad) que generalmente se representan fríos y sin sentimientos. Aquí, en torno a la figura de Richard Gere, destilan cierta paz budista no exenta de posiciones firmes y con un cierto toque de agresividad pero siempre dentro de los límites de no llegar a perder el respeto. Se ahonda en la imagen de un ejecutivo con dos personalidades, la de la frialdad y la angustia que produce el vivir inmerso en un mundo donde los negocios son todo a veces para bien y a veces para muy mal  y la de tener en consideración los sentimientos de las personas que forman parte de tu vida: esposa, hijos, nietos, amantes. ¿Jugando a Jekyll y Hyde? Pudiera ser

         Las interpretaciones fantásticas. En especial Richard Gere, actor de escasos registros, que en esta obra está perfectamente dirigido y transmite una credibilidad a su personaje más que destacable. Susan Sarandon, elegante y magnífica, como siempre, aunque con un escaso papel. Un activo tan importante como el suyo deberían haberlo aprovechado más, en mi opinión.

         Por último, la película tiene mensaje. Sí, es americana y tiene mensaje. “La justicia de los tribunales, no es la justicia de los hombres”. Un principio muy aceptado en las viejas democracias y poco comprendido en las jóvenes como es nuestro país, donde resoluciones como las que nos presenta el director de la obra son bastante comunes y no por eso se mueven las columnas de sus valores democráticos. No vale todo para coger al malo.

         Id a verla, auténtico cine norteamericano de entretenimiento de calidad, bastante calidad.

 

Germán.
 

lunes, 1 de octubre de 2012

EL ARTISTA Y LA MODELO
DE
FERNANDO TRUEBA

         Con frecuencia ir al cine es una actividad que entraña cierta incertidumbre. Estás convencido de que vas a ver una obra de arte y a disfrutarla, porque es difícil vivir sin placer, y corres el peligro de que no sea así. Generalmente ir a ver una película de Fernando Trueba reduce de manera importante el riesgo. Este director, a pesar de su estrabismo, tiene una muy acertada visión del cine. Desde mi punto de vista conoce como pocos los recursos narrativos que aporta este arte y además es capaz de mezclarlos con otras especialidades artísticas, consiguiendo un eclecticismo sobresaliente. Quizás, por cosas como estas es uno de nuestros directores más justamente laureados.
         Hacer un relato sobre su última película es francamente complejo porque cuando abandonas la sala no estás seguro de si lo que has visto es una película o si a través de este magnifico medio artístico has recibido una lección magistral acerca del arte en general y de la escultura en particular. Algo que muy pocos catedráticos serían capaces de hacer.
         Fernando Trueba no sólo nos habla del arte, también de la fuerza y la belleza de la naturaleza, de la vitalidad de la juventud, del envejecimiento y su sabiduría, de lo agitado y convulso que es el proceso de creación (en paralelo con  la época en la que desarrolla la historia), de lo que se sufre para llegar a sentirse satisfecho con la propia creación (y es que, es tan difícil tener pena), de sentir la proximidad del fracaso y de lo que te facilita la vida saber y poder elegir una pareja adecuada. Esta obra no sólo se ve, también se lee y dado que está rodada en blanco y negro, como si de letra impresa se tratase, no solo la hace más bella, sino que te facilita participar de la historia (sin lugar a dudas el blanco y negro realza lo realmente bello y evita que te distraigas con elementos accesorios). Este relato tenía que ser en blanco y negro, sin duda. Todo es acertado, también el final. El punto y final que lleva aparejado haber conseguido lo que llevabas persiguiendo toda la vida, la juventud que abrirá nuevos caminos mirando  hacia atrás y sin que ese recuerdo impida avanzar.
         Así, con una grandiosa sencillez, sin pretensiones y evitando en todo momento el rebuscamiento, Fernando Trueba te hace sentir que ir al cine es una fantástica actividad que te hace aflorar los sentimientos y, además,  te ilustra, mostrando al mismo tiempo teoría y practica de la actividad artística.
         Esta película se puede ver ahora o en cualquier momento porque  es una obra de arte y no envejecerá.
Germán. 

miércoles, 26 de septiembre de 2012

“A Roma con amor”
De
Woody Allen

Finalmente, he visto la nueva película de Woody Allen. Y digo finalmente, porque tras un primer intento fallido (la sala donde la exhibían contaba con una copia en mal estado), a la segunda fue la vencida. Y pude, así, cumplir con mi ritual de siempre (lo mantengo  al menos desde  hace 20 años), de ir a ver cada nueva película suya, si no el día del estreno, al menos sí el primer fin de semana (y esto desde los tiempos en que sus películas, en versión original, se proyectaban, únicamente, en el malogrado cine Rosales). Y esta vez bien ha merecido  la pena tanta molestia lo cual no se puede  decir (al menos en mi opinión) de muchas de las anteriores ocasiones en los últimos tiempos. Y ello a pesar de que esperaba encontrarme una obra mediocre según hacían presagiar todos  los comentarios/críticas de las que había tenido noticias  y que por una vez eran asombrosamente  coincidentes por  desfavorables. Que si era una de las películas que no permanecería mucho tiempo  ni siquiera  en las retinas de sus más incondicionales seguidores…Que si sólo tenía unos cuantos  y esporádicos buenos  sketches……Que si no resultaba especialmente brillante…….Que si era demasiado tópica……
Pues bueno a mí, que voy  contracorriente, as usual,  me ha resultado una película fresca, con lo mejor del cine de Allen. Creo que está especialmente inspirada en conjunto, resultando una película redonda, si bien, alguna de las cuatro historias que la componen puede resultar más floja que las restantes, como es lógico. En todo caso, los enredos resultan siempre simpáticos, los personajes tan propios del universo de Woody están tan inspirados como la primera vez, los diálogos con frecuencia hilarantes y algunas  situaciones  tan original y  graciosamente absurdas como en sus obras maestras  (por citar uno de los ejemplos que no desvele el meollo de la cuestión, me resulta especialmente divertida la historia del empleado de funeraria que tiene una voz portentosa para el bel canto, pero exclusivamente cuando canta en la  ducha…..),y  por qué no decirlo, la presencia de Woody Allen, que siempre añade un toque a mi entender, imprescindible. Un plus de  comicidad, de divertimento.  Al menos a mí, con su simple presencia  en pantalla, su lenguaje corporal, su forma de hablar y sus sentencias desternillantes, es como si  se me activara el resorte de la risa. Me pongo en  modo “reir”  y lo hago con ganas,  a carcajadas. Él y su fobia a los aviones que es, en esta ocasión la excusa para  su primera aparición en pantalla,  no sólo me parece  una situación cómica por ridícula, sino que me veo en su pellejo, lo cual me lo hace más regocijante, si cabe. Con mucha frecuencia me impacta porque me reconozco en sus personajes. No es la primera neurosis que compartimos (estoy pensando en ciertos complejos,  en determinadas inseguridades o  en su tan característica  hipocondría, por poner algún ejemplo) Todavía no tengo ninguna fijación con la muerte,  tema que parece obsesionarle en los últimos tiempos, pero todo se andará (hay que tener en cuenta que me lleva más de 25 años…..) Vamos,  que me parece de lo  más saludable esa manera  suya tan natural de reírse de sí mismo y en alguna medida, cuando yo me río, lo hago no solo de él, sino también de mis tonterías.  En definitiva,  que mi última sesión de cine  me  ha resultado del todo terapéutica. Reconfortante, gratificante, tonificante, renovadora., estimulante. La diversión, al más puro estilo alleniano, está
garantizada. Qué bien  que  tenemos  a Woody Allen de vuelta!!!!. Ojalá sea por mucho tiempo.!!!!!
Alicia dixit
LE PRENOM

DE

ALEXANDRE DE LA PATILLIERE Y MATHIEU DE LA PORTE


Cuando voy al cine nunca tengo en cuenta la nacionalidad de la película, me fío de mi instinto y de los mandatos de la cartelera. Los productores saben cuándo es el mejor momento para comercializar sus productos. Las películas de nacionalidad francesa de salida me resultan atractivas porque casi todas tienen un denominador común: son bastante elegantes. Le Prenom rompe esta tradición, al menos yo digo que no es una película elegante. Tampoco es que esta singularidad sea imprescindible pero ayuda.

Le Prenom, es la adaptación al cine de una obra de teatro lo que le añade dificultad a la narración. En mi opinión cada arte tiene sus reglas de expresión y las adaptaciones suelen restarle capacidad de comunicación. Este es uno de los problemas con que cuenta esta película por lo  que los directores no han podido terminar de redondearla.

El guión bebe de las fuentes de Yasmina Reza. Un grupo de amigos, parientes; vecinos, amigos, se reúnen y por un, generalmente, inexistente motivo (recordemos lo del cuadro pintado de blanco de “Arte”), se desencadena una situación en la que aparecen una parte importante de los demonios que esconden las relaciones humanas: reproches, secretos inconfesables, acusaciones, envidias, represiones, etc.

         Si bien la forma en que otros autores y directores han resuelto esta situación resulta cercana, comprensiva y cómica, en este caso no está tan conseguida. Pretenden que el pretexto desencadenante tenga visos de ser real, poner nombre a un hijo, y la discusión que genera es  tan exagerada, que no añade comicidad por desmesurado, ni sirve como pretexto de intentar buscar un desencadenante real. A partir de ahí todos los personajes nos van descubriendo sus secretos y confrontaciones pero sin llegar a estar bien encuadrados.

         En ocasiones te ríes y en ocasiones te escapas de la película. No es en absoluto una obra redonda como era la de “Un dios salvaje” de Román Polansky y en el final de la obra queda muy en evidencia. Estas sesiones de broncaterapia, entre familiares y amigos dejan poso y no se olvidan, sobre todo si se traspasan ciertos límites y aquí se traspasan. Id a verla y confrontar vuestra visión con la mía, será un ejercicio interesante.

Germán.


lunes, 17 de septiembre de 2012


POLLO CON CIRUELAS

 

DE

 

MARJANE SATRAPI Y VICENT PARANNOAUD

 

 

Reseñas concisas serán las próximas que escriba, porque se me acumula el trabajo: tengo pendientes las  de “Café de Flore”, un thriller alemán de título “El silencio de hielo” y alguna otra que no recuerdo.  Cualquiera diría que me he puesto a ver cine como una descosida, para no dejar para septiembre nada de lo apetecible, pero no es esa la razón. Al cine seguiré yendo, caiga quien caiga.  No voy a perdonar el ritual de ver cine en el cine. Sencillamente se ha terciado así este mes de agosto. Y  entre lo visto hay mucho de cine francés (o en francés). De manera que, perdonando alguna película de las que te dejan indiferente (que no son pocas, por otra parte), espero ponerme al corriente en una semanita. Y aunque tengo en el tintero unas cuantas, empezaré por  “Pollo con ciruelas” de la iraní Marjane Satrapi, que bien merece un comentario.

 

“Pollo con ciruelas”, que podría calificarse de cine francés (está rodada en Francia, en  francés y en buena medida por franceses), cuenta, sin embargo,  con algo que la distingue (no solo del cine francés). La nacionalidad de su directora tiene mucho que ver, no cabe duda,  en su originalidad, pero no lo explica todo. El universo de la película es muy personal, único: evoca un mundo entre onírico y fantástico. El ambiente  que la circunda parece irreal, imaginario  aunque la historia es universal y mundana, (una historia de amor frustrada y sus devastadoras consecuencias) y está inspirada en personajes reales (la figura de un tío músico (y muerto en extrañas circunstancias) de la autora inspira el personaje protagonista y la historia), pero ninguna de estas circunstancias ni el hecho de que se desarrolle en Irán,  tendrían por qué convertirla en única. En cambio, lo es. Que Marjane provenga del mundo del cómic (es la adaptación de una  novela gráfica de la que ella es también  autora)  puede contribuir a su singularidad, con la incorporación de elementos de esta disciplina. Pero hay algo más que el simple toque exótico de una mirada proveniente de una cultura lejana y ancestral o la combinación de elementos propios  de cine diversos. No sé si es más una peculiar visión del mundo o un mirar el mundo con otros ojos lo  que convierte a esta película en más que una simple película. Tiene tan poco que ver con el cine occidental que no parece ni cine. Pero tampoco se asemeja al cine oriental  más conocido. No es una película al uso, en definitiva. Es una obra artística variopinta en forma de película. Y no solo por los aspectos formales (incorporación de personajes de cine de animación  o la presencia expresa de escenarios de cartón piedra combinados con personajes de carne y hueso, por citar algunos ejemplos, cosa que ya hizo Disney con Mary Poppins en 1961), sino que es conceptualmente distinta: la visión, en su conjunto,  que del relato nos ofrece su autora. Desde  la estética de los ambientes hasta la manera de presentarnos a los personajes, (con extremada exquisitez) pasando por el ritmo de los acontecimientos (lento y envolvente)  y el entorno en el que los sumerge. Las relaciones entre los personajes son armoniosas, incluso, cuando aquellas no son las óptimas. El ambiente que recrea, entre mágico y fantástico, la configuran  como  una fábula  visual. La peculiaridad de los personajes, en  perfecto equilibrio, todos ellos deliciosos en su composición y en su interpretación. No hay nada que no resulte fabuloso. Incluso la actriz iraní que interpreta a la joven enamorada del protagonista masculino, resulta de una belleza sin parangón, además de rozar la perfección en su interpretación del corto pero central papel del film.  En fin,  que ahora entiendo la recomendación que me hicieron en su día de  “Persépolis”, su ópera prima, recomendación que, malhereusement,  desoí. Estoy  deseando recuperarla cuanto antes, para que me ayude a desterrar para siempre mis  arraigados prejuicios sobre el cine de animación. Porque una vez vista su obra, ya me han ganado para la causa. Yo ya soy adepta  y adicta al cine de Marjane Satrapi  que, más que una forma de hacer cine, es un género en sí mismo.  Espero, con ganas, mi próxima dosis.
Alicia Dixit

domingo, 16 de septiembre de 2012


AMOR BAJO EL ESPINO BLANCO

DE

ZHANG YIMOU

 

         El cine oriental me parece interesante e incluso a veces genial. De hecho he visto un considerable número de películas procedentes de esta parte del globo terráqueo. Evito enumerarlas para ser fiel cumplidor del principio en que está basado este Blog, “de cine mejor hablar con pasión que con erudición”.

         Con bastantes expectativas he ido a ver esta obra de la que había leído calificativos que me impulsaban a no perdérmela, paradigma de la delicadeza, la máxima expresión de la inocencia, destila una gran emotividad, la serenidad de la puesta en escena…………..

         Pues bien, allí que acudí al cine. Pagué mi entrada con el nuevo IVA deseoso de pasar un buen rato ¿Qué importa el dinero si se trata de ver una obra de arte? Pasados cinco minutos empecé a sentirme extraño, quince minutos más tarde atónito, antes de la media hora ya había visto todo lo que tenía que ver.

         Que una película sea oriental, China para mas señas, no significa que sea buena. Que el director haya hecho otras magnificas obras, no significa que siempre las haga, me evito dar referencias a este respecto.

         Esta película es un tostón, eso si, ambientada en los momento duros de la dictadura comunista ¿y qué? Ni siquiera nos evoca ningún sentimiento repulsivo sobre la crueldad de este sistema político/social. Casi que resulta tragicómico. El guión es más propio de un culebrón vespertino al que nos tienen acostumbrados las cadenas de televisión. La única diferencia con aquellos, es que la historia de amor imposible no la protagonizan actores mexicanos de nombres inverosímilmente compuestos, sino que la chica se llama Jing y el chico se llama Sum. Pero los diálogos tienen una similitud y una casposidad que ni lucecita con aquello de “te amo, pero nuestro amor es imposible”. Del final ni hablo. Con un poquito de imaginación, sólo un poquito de imaginación lo podéis deducir.

         Si eres un altruista de la industria cinematográfica no te lo pierdas. Si lo que te gustan son las buenas películas, piénsatelo antes, aunque su director sea oriental y se exhiba en los circuitos del cine de autor.
Germán.   

jueves, 6 de septiembre de 2012



EL IRLANDES (THE GUARD)


DE


JOHN MICHAEL MACLONAGH


 

         Alguna vez voy al cine casi por cumplir una rutina que me he impuesto y que, por otra parte, realizo con mucho gusto. La semana anterior no pude ir y ya sentía cierta inquietud, no estaba cumpliendo conmigo mismo. Como era lunes, el día del espectador, decidí no dejar pasar más tiempo e ir a ver El Irlandés. Sin ninguna referencia previa salvo lo que me dictaba mi intuición.


         Sorpresa, he disfrutado de una muy buena tarde de cine. Una magnifica película ambientada en la Irlanda rural. El director trenza una magnifica historia en la que enlaza perfectamente varias ambientaciones que configuran una narración con mucho cuerpo. La diferencia entre un policía rural que conoce  al dedillo los valores y la forma de interpretar la realidad que tienen sus conciudadanos y un estereotipado policía Americano. La obra también nos muestra la diferencia entre como enfrentarse a un caso policiaco entre un policía urbano con gran formación y un policía rural para el que determinadas cosas no necesitan de, lo que él considera, parafernalia y farfolla. Y la diferencia entre un policía sobrio, recto y austero y un policía con una imagen de inmoral que esconde tras de si a una persona culta y de firmes principios. Una historia sobre la perfecta conjunción del el ying y el yang en clave de un humor, entre sarcástico y negro.


         Desgraciadamente el guionista decide darle un final heroico y ni siquiera escatima ninguno de los detalles que requieren estos finales, como el de vestirse para la ocasión. Una lastima, porque a mi entender, han creado un personaje que da para muchas más obras, incluso me atrevería a decir que para iniciar una serie, Gerry Boyle (The Guard), que podríamos seguir como hemos seguido las sagas de Hércules Poirot o de Sherlock Holmes.


         Aunque suene un poco arrogante me permito recomendar a Santiago Segura que no se la pierda. Tiene mucho que aprender de esta película, por ejemplo, que se puede construir una historia sobre un policía con ciertos rasgos de antihéroe pero sin caer en el personaje grosero, ordinario, zafio, maleducado, chabacano, tosco y vulgar, que es TORRENTE. Por favor Santiago Segura dale un final digno o indigno, como prefieras, a tu personaje y termina con ese enojoso asunto. Tomate un año cinematográficamente sabático en compañía de John Michael MacLonach, si consigues que acepte, e intenta aprender algo.


         Procurar no perdérosla es una buena obra que vale su precio, subida del IVA incluida.

Germán. 
    

jueves, 16 de agosto de 2012

PRINCESAS. Escrito por mi hija Lola con 15 años

PRINCESAS
DE
FERNANDO LEÓN DE ARANOA






Princesas cuenta la historia de una amistad, de una vida, de un encuentro. Caye y Zulema son las protagonistas y no solamente tienen en común la profesión (ambas son prostitutas). Su encuentro se hace por casualidad, son vecinas y un buen día Caye encuentra a Zulema en su bañera, ensangrentada, después de haber recibido una paliza de uno de sus clientes. Un fuerte vínculo de solidaridad une a estas dos mujeres sin voz, enmudecidas por la sociedad que las oculta y las hace callar. Caye ejerce la prostitución como algo provisional, nadie en su familia lo sabe. Zulema, inmigrante latinoamericana, lo hace para mantener a su familia y sobre todo a su hijo que cree que es camarera en un bar. Fernando León de Aranoa les otorga la voz y les deja hablar, con voz propia, nadie habla en su nombre, y no habla de ellas como simples prostitutas, nos enseña su vida como lo que son, personas, mostrándonos su aspecto frágil y delicado (pero lleno de valentía y coraje) ante todos los riesgos a los que se enfrentan haciendo que las veamos como verdades Princesas. ¿Y por qué Princesas?
Caye es española. Tiene un pie puesto en la realidad y otro en su realidad. Se pasa el día soñando despierta y su refugio es una desteñida alfombra en su salón donde nadie puede hacerle daño. Tiene un castillo secreto e impenetrable lleno de fortalezas y pasadizos secretos en el que sólo deja entrar a Zulema y a través de sus ojos, al espectador. Este castillo, como en los cuentos, está lleno de pasadizos secretos ocultos tras una gran fortaleza que en su interior esconde a la verdadera Caye ; frágil y valiente. Caye habla de nostalgia y al hacerlo su mirada se pierde entre los cristales de la cafetería dominicana, recordando a las miradas perdidas de las princesas encerradas en la torre más alta del castillo. Siente nostalgia de cosas que todavía no han sucedido, nostalgia de sus sueños y de las ilusiones de las que se alimenta y que al romperse, crean una lenta caída de lágrimas por su rostro.
Zulema es la princesa dulce y exótica, desterrada de su alejado reino. Su sueño, su ilusión y su razón de vivir se materializa en una foto de dimensiones de carnet en el que aparece “eduarcito” como le llama ella, su hijo al que tanto añora desde su forzado exilio.
El encuentro de estas dos princesas crea la historia. Unidas por un fuerte vínculo de solidaridad y amistad juntas comparten sueños e ilusiones. Como en los cuentos, las dos sueñan con su príncipe azul que a veces aparece en forma de Manuel o en forma de voluntario de una ONG. Caye sueña con que la vayan a buscar a la salida y Zulema con reencontrarse con su hijo. Juntas se enfrentan a los peligros que les rodean esquivando algunos con suerte, otros sin tanta. “Dicen que las Princesas no tienen equilibrio son tan sensibles que notan la rotación de la tierra. Son tan sensibles que si se alejan de su reino pueden morir de tristeza”. Dice Caye a Zulema en una de sus escapadas a su fortaleza interna y secreta. Así, el director las convierte en Princesas soñadoras y sensibles ejerciendo un papel de hada madrina, en ocasiones, concediéndoles sus sueños simples y sus modestas aspiraciones como por ejemplo un paseo en coche con sus amigas como princesas en su carroza.
“Hoy no somos putas. Hoy somos Princesas”.

Lola Domínguez Sabater, escribió esto con 15 años.