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LA VIDA MISMA.GERMÁN

Si no puedes escribir, escribe

jueves, 19 de septiembre de 2013

MUD
 DE
JEFF NICHOLS


Mud es un film sobre la iniciación y el aprendizaje. Sobre la búsqueda y  el  descubrimiento. Sobre las primeras  decepciones.  En definitiva,  sobre el proceso de maduración de los sujetos y  la trascendencia  de los valores interiorizados en la adolescencia para forjar la personalidad  adulta. Piaget no podría haberlo contado de forma más abreviada y gráfica. Y entretenida.
El director conforma una historia que gira alrededor del adorable personaje del joven Ellis, a través del que  nos muestra las claves de  la construcción personal desde la adolescencia. Y lo hace bajo la fórmula del relato de  las correrías de dos amigos  adolescentes ( Ellis y Neckbone, de 14 años) cuya vida discurre alrededor de un río, el Mississipi,  en una de cuyas islas  encuentran   a un personaje,  Mud, en el límite de la marginalidad  y con el que se embarcan en una aventura común. El encuentro  de Mud y Ellis hace emerger unos fuertes lazos afectivos entre ambos.  Bajo el formato de cine de acción, de “peripecias  juveniles”, se repasan  los aspectos que configuran la personalidad de los personajes del film  y que  ponen de manifiesto  la cosmovisión del autor. Película de numerosas aristas y múltiples lecturas perfectamente camufladas bajo el envoltorio de cine de  puro entretenimiento que,  sin embargo no es  intrascendente ni frívola, para mi sorpresa.  Lo que en principio parece ser un film sin pretensiones, resulta ser una historia plagada de  mensajes. Ellis reúne las cualidades necesarias para la conversión en un adulto honesto. Así, desde su ingenuidad y en un momento álgido de búsquedas y descubrimientos, resulta ser un adolescente firme en sus convicciones;  respetuoso con las normas (claramente representadas por la figura en relieve del padre severo que ensombrece la figura materna). Representa de forma magnífica el valor   y el  coraje (así cuando sale en defensa de las chicas agraviadas, no tanto para hacerse notar, como para defender la posición del débil frente al poderoso – se atreve,  sin ambages, con un corpulento  matón que golpea brutalmente a la novia de Mud). Simboliza el sentido de la lealtad, de la honestidad, de la entrega, de la generosidad (además representada por otros personajes como  el  del “padre adoptivo”  de Mud  que sale en su  rescate cuando más se le necesita o en el  propio Mud   que  no duda en poner en peligro su propia seguridad por salvar la vida del muchacho). La dignidad (también representada por el padre,  hombre rudo y primitivo que a pesar de no ser capaz de comprender  las causas del deseo de separarse de su mujer, lo acepta con gallardía y resignación, aunque esa decisión implique mucho más que un simple divorcio (supone también la pérdida de su único modo de vida conocido, junto al río y del río). Y todo ello está relatado con una sutileza y una sensibilidad extraordinarias, combinadas con un ritmo ágil y las dosis necesarias de tensión.  El director adora a sus personajes y  logra contagiar   su empatía a los espectadores con asombrosa naturalidad. Pero  el personaje más mimado por Nichols,  resulta ser , by far,  el del niño Ellis, personaje del que quedé verdaderamente  prendada.
Y todo ello rezuma optimismo: en un ambiente hostil como el descrito, con  escasez económica, austeridad afectiva   y una férrea disciplina, surgen personajes adorables como el de Ellis, circunstancia que permite vislumbrar determinados posicionamientos del autor (por ejemplo,  que las dificultades  de todo orden  favorecen  el surgimiento de personalidades  fuertes). La ingenuidad y el entusiasmo del personaje central y de otros personajes del film (el propio Mud no deja de ser un niño crecido) te reconcilian con el género humano,  con el mundo.  Ellis es un niño “íntegro” que anticipa un adulto “íntegro”. Y todo ello sin el menor atisbo de  sentimentalismo.
 Fábula actual sin moralinas,  película emocionante, de las  que dejan huella, es una de las escasas bocanadas de cine fresco que ofrece la cartelera actual.  Muy recomendable.
Alicia dixit




MUD
 DE
JEFF NICHOLS


        En los últimos tiempos tenía la sensación de que este blog se estaba convirtiendo en una especie de permanente lamento y denuncia de las malas prácticas cinematográficas. La industria del cine además de ser un boyante negocio tiene como esencia la creación de arte, la capacidad de contar historias con unos recursos propios. En ocasiones conjugar estos dos elementos (negocio y arte) resulta difícil y empezaba a tener la sensación de que el negocio se estaba imponiendo al arte.

         No se debe desesperar y como en cualquier actividad hay que tener confianza y nunca pensar que todo está perdido. Esta constancia me ha  ayudado a ir a ver la película objeto de este post y, ¡por fin! he conseguido ver algo que encaja, en mi opinión, con el concepto del séptimo arte. Una película poco común y que, preveo, va a ser un gran éxito de taquilla y en consecuencia un buen negocio. Ojalá sirva para alimentar el círculo virtuoso (creación-negocio-creación) y nos permita seguir disfrutando de bellas historias.

         Mud es un relato en torno a un río, con protagonistas adolescentes, con héroes y antihéroes, con historias de amor,  con búsquedas de amor verdadero. Todos estos ingredientes conforman un hermoso cuento con final feliz. Está muy bien llevada y correctamente interpretada –es difícil descubrir quién de todo el elenco, realiza mejor su papel-. Te sientes francamente bien cuando la película termina, aun a pesar de su longitud. Obras de arte como esta te dan aire para seguir insistiendo en que ir al cine tiene sentido, mucho sentido.

         Mud no es un remake de Huckleberry Finn. El único punto en común  que tienen es que su acción se desarrolla en torno a uno de los grandes ríos de Estados Unidos. No permitáis que nada os disuada  de perderos este buen film.  Simplemente id  y disfrutad, merece la pena.


Germán.