EL
AÑO MÁS VIOLENTO
DE
J.C.
CHANDOR
La
violencia impregna nuestro estilo de vida y aparece en muchos ámbitos de la
sociedad actual. Hay un terreno en el
que ha conseguido hacerse hueco y caracterizar nuestra cotidianidad que es en el mundo laboral. Desde hace algunas
décadas se valora de manera singular en nuestro país la figura del ejecutivo
agresivo o mejor expresado el ejecutivo violento. Este se caracteriza
generalmente por ocultar su incapacidad y en muchos casos su falta de preparación
mediante comportamientos más violentos
que agresivos. Tanto es así que cada vez está más aceptada la comunión entre
violencia y triunfo profesional.
La
película de J.C. Chandor va de esto, de
lo difícil que resulta sacar adelante un
negocio sin recurrir a alguna forma de violencia.
La única diferencia entre la película y la realidad es que en aquella la
violencia es más explícita en algunos aspectos y en otros se sitúa en la frontera
de lo permitido. Lo que sí es capaz de presentarnos el director es cómo en el
mundo de los negocios nada es sagrado,
lo único que importa es ganar. Para resaltar este aspecto nos traslada al año
más violento que sufrió la ciudad de New
York: 1981.
La
película sitúa la base del relato en un inmigrante buscavidas que de forma honorable,
hasta conseguir poner nervioso al espectador, consigue salir adelante con éxito
y cumplir el sueño americano (este último aspecto es algo de obligado
agradecimiento pues hasta ahora en este tipo de filmes siempre nos han presentado
a este colectivo como integrado por personajes sin escrúpulos, jefes
de mafias capaces de todo con tal de cumplir sus sueños). Así, el protagonista
se ve acosado por otras empresas del sector en el que opera para desbancarle para
lo que emplean todos los medios a su alcance (asaltos, robos, apaños
en connivencia con la justicia, etc.)
El
protagonista, Oscar Isaac, que interpreta con soberbia maestría su personaje,
consigue sortear todas las dificultades y sacar adelante su gran inversión lo
que le va a permitir tratar desde otro nivel a sus rivales. Siempre contando
con el incondicional apoyo de su mujer, igualmente magníficamente interpretada
por Jessica Chastain, que representa el papel de abnegada esposa típicamente americana, fuera de los tópicos
de la inmigración, que duda si la posición de mantener la honradez a ultranza a
la que se aferra su marido, es la correcta. Esta sabe empatizar con el
espectador que suele estar más de acuerdo con ella en las formas que propone
para resolver los problemas que acucian a su familia (particularmente
destacable la escena en la que una de sus hijas encuentra un pistola que un
delincuente abandona en el jardín de su casa).
Una
película diferente en cuanto a su trama, su guion y su puesta
en escena. El director apuesta por un desarrollo pausado de la acción, si
bien la propuesta puede considerarse afortunada más a
posteriori, que en el momento de su
visionado en que resulta en exceso lenta. En algunos
tramos el director gana la apuesta y en otros la pierde. Una película notable
que tiene numerosos aspectos interesantes si bien no llega al nivel de sobresaliente.
Germán.