NUESTROS
CONGÉNERES
Nuestros congéneres y en
especial aquellos que habitamos las zonas más desarrolladas del planeta vivimos
un momento dulce en lo referente a la información y a la comunicación.
Podríamos decir que incluso vivimos bajo una saturación, lo que se conoce como Information Glut. El desarrollo de los
Smartphone y el prodigioso invento al
que jamás la humanidad pudo llegar a imaginar que llegaría, Internet ha situado
a nuestra raza en un escalón superior del conocimiento.
¿Si aceptamos todo lo
manifestado anteriormente por qué no seguimos los dictados de la razón en
nuestros comportamientos cívicos? pues este es uno de los misterios que, en un
sentido literario, más me atormentan.
No parece necesario insistir
más en el problema que los plásticos y otros residuos similares están creando
en el medio ambiente. Además, este problema es especialmente importante en
algunas áreas de nuestro planeta, por ejemplo en el mar Mediterráneo. Este
piélago que en el caso de nuestro país es el soporte estructural de nuestra
principal industria, el turismo tiene una importancia tal que en sus costas
pernoctan unos 64 millones de turistas. Todos ello sin menospreciar su belleza
que ha inspirado a no pocos artistas.
Esta realidad- la belleza y
el ser motor económico de la industria turística- es conocida por todos los
habitantes de nuestro país. No exagero cuando digo todos puesto que en España
hay más de 50 millones de líneas móviles, el ochenta y siete por ciento de
ellas se soportan en smartphones (con conexión a internet). También somos el
quinto país del mundo que más tiempo pasa con el teléfono conectado. A todo lo
demás hay que añadir a todos los medios de comunicación en cualquier soporte y,
en particular, la televisión. Esta, además de bombardearnos con excelsos
programas en los que se compra y se vende la vida privada; también ofrece
plataformas para la exposición, sin complejos, de nuestras patologías y otros
aspectos sobre los que me niego a profundizar. En los huecos que deja la
parrilla de programación igualmente nos ofrecen suficiente información acerca
de los problemas medioambientales por los que atraviesa el mar Mediterráneo
Todo lo anterior nos permite
certificar, casi sin ningún enero de duda, que la población española conoce
profundamente los problemas medioambientales que padece nuestro Mare Nostrum.
En los últimos tiempos,
privilegios de la edad, paso largas temporadas en sus costas, en aquellas en
las que gran parte de sus visitantes no son extranjeros sino turismo nacional.
Cuando te aproximas a sus arenas blancas y finas no hay paso que des en el que
no te cruces o sientas en tu pie un plástico, una colilla, un bote de hoja de
lata, una botella de plástico. Si te bañas en sus aguas - yo, como muchos
otros, tengo que hacerlo con gafas natatorias graduadas - es bastante frecuente
que veas una bolsa de plástico nadando con la misma elegancia que los hace una
medusa u otro tipo de residuos desde tapones del bolígrafo de esos que tienen
un agujero en su punta para que si te lo tragas puedas respirar, hasta restos
de material deportivo, etc. Todas las mañanas un equipo de esforzados trabajadores intenta
limpiar las playas, sí todas las mañanas ¡que frustación!
La situación ha llegado a tal
nivel que el Ayuntamiento de la localidad ha lanzado una campaña de publicidad
muy simpática y enternecedora en la que identifica algunos estereotipos de
visitantes playeros: La plantalatas, La abracadabra, El faquir, El nicotino.
Todo esto para intentar sensibilizar al público en general para intentar
conseguir que el ya cuasi basurero no vaya a más. Es decir como no tenemos
suficiente información el Ayuntamiento se ve obligado a realizar una campaña
que saque un poco los colores a una muchedumbre la cual ya está enterada del
problema.
En ocasiones recibo llamadas
de buenos amigos y familiares que de la forma más cariñosa posible me
recriminan que con la edad me estoy transformando en una persona más asocial de
lo que normalmente era. A lo que yo siempre contesto, bueno es que cada día
creo menos en nuestros congéneres.
Septiembre 2017
Germán Domínguez Adrio