LA
FAMILIA BÉLIER
DE
ÉRIC
LARTIGAU
He
tomado la firme decisión de no leer con anticipación las críticas de las películas que planeo ver. Decididamente
prefiero dejarme llevar por el olfato, dejarme sorprender, porque no hay nada
más decepcionante que ver frustradas las propias expectativas.
Y eso exactamente me ha ocurrido con “La
familia Bélier” sobre la que todo el mundo contaba las mil maravillas.
Sin
más prolegómenos, y yendo al grano diré que me ha parecido una película ñoña,
sentimentaloide y repleta de clichés sin
gracia alguna. Podía esperarse por razón
de la historia (y en mi caso así era) una propuesta original sobre las tan manidas relaciones familiares.
Pero para mi desgracia nada ha resultado ser como esperaba: el planteamiento inicial (familia de sordomudos con
la única excepción de la hija mayor, de
16 años) que hacía presagiar algo novedoso y fresco, sin embargo resulta
ser una colección de tópicos planteada
con una emotividad más que naif, pueril.
Se
dan todos y cada uno de los lugares comunes imaginables: familia que se apoya
en la hija mayor, la que por tanto, soporta un exceso de responsabilidad en
la gestión de la granja familiar, y en definitiva en el sostenimiento
de todos. Una supuesta organización del
trabajo (el padre se ocupa de las
tierras, la madre elabora los quesos, la hija atiende los animales y el tenderete donde se venden los productos
elaborados en los mercadillos locales, actúa de interlocutora en la gestión del
negocio, etc……..) oculta una evidente posición desequilibrada de la balanza, que se inclina sobre el lado de la joven protagonista. Además de todo lo anterior
asiste a clase, tiene amigas, y se
interesa por los chicos, como es natural, y se
descubre poseedora de una voz prodigiosa.
Un
profesor de canto detecta en ella un
gran talento vocal por lo que se propone prepararla para unas exclusivas pruebas selectivas en París. De
manera fortuita se abre ante la joven una
expectativa de futuro imprevisto, estimulante y prometedor pero que implica el abandono de la casa familiar.
Y
en torno a la posibilidad de su ida a
París giran los emergentes conflictos
personales y familiares: el deseo de la joven por aventurarse a una vida “distinta”
contrapuesto a su sentido de la responsabilidad, que la liga a su familia
de forma irremediable. Por su parte, la familia se enfrenta, asimismo, al dilema de la pérdida de apoyo que supone la
ida de la joven, y la oportunidad del futuro plagado de
sugerentes perspectivas que se presenta
ante sus ojos.
Lo
dicho, si a que sobre el papel el guion ya apuntaba maneras, le añadimos la tradición del buen cine francés hecho con
solera y solvencia, tal combinación de elementos parecerían avocar a un acierto
seguro, pero salvo la frescura de la interpretación de la protagonista (que
sorprendentemente se estrena en el cine) el resto es melífluo. Los personajes
caricaturizados de los padres granjeros resultan más que cómicos, grotescos; se
ridiculiza el ambiente rural en
contraposición con el “aire exclusivo de
la ciudad” encarnado por el chaval
venido de la capital; los números
musicales no me parecen la mejor
elección (lo cual sorprende especialmente dada la gran tradición de música
popular francesa); el desenlace final
más que conmovedor resulta verdaderamente lacrimógeno, en fin.
El
éxito que la precede, puede tener que ver con el carácter chovinista de
nuestros vecinos del norte- del que, por otra parte, tendríamos mucho que aprender
en la defensa de lo autóctono - más que con las cualidades objetivas del film.
Pretendiendo
emular la gran película del género “Los niños del coro”, no le llega ni a la
suela de los zapatos.
Película
mediocre en el planteamiento aunque digna en el resultado, porque el oficio de
los cineastas franceses obra milagros, como el que aquí ocurre. Por ello y solo debido a esa profesionalidad
que les avala, la película se deja ver. El
potencial, en mi opinión desaprovechado del film me hace desconfiar de la audacia del
director. Je suis sincèrement désolée, mais hay demasiada oferta en el mercado como para dar segundas oportunidades. No reincidiré con este director.
Alicia
dixit