BEGIN AGAIN
DE
JOHN CARNEY
Teniendo en cuenta mi bien conocido desapego por los musicales, mi opinión sobre Begin again tiene un especial significado. No quiero decir con esto que mi modesta visión tenga más validez que la de cualquier otro sino que el hecho de que los musicales me produzcan una cierta aversión dice mucho de mi entusiasmo por algunas películas del género. Porque cuando me encuentro ante un buen film soy capaz de reconocerlo por encima de cualquier otra circunstancia y este es el caso que nos ocupa.
Desconocía casi todo de la película, salvo lo leído de pasada en una crítica cinematográfica de esas de las que suelo desconfiar. En esta ocasión, no saber nada sobre su autor (el exmúsico irlandés John Carney) ni sobre su obra anterior (la vanagloriada Once, que trataré de localizar en cuanto tenga ocasión), ni sobre el género de pertenencia, me permitió con mayor naturalidad dejar aflorar mi sexto sentido fílmico. Y superando algún que otro prejuicio de los que no debería confesar (Keira Knightley, tampoco es santo de mi devoción y estas cosas me retraen de ver ciertas películas), sumado a la sequía cinematográfica propia del periodo estival, me decidí a verla.
Y me encontré con lo que siempre espero hallar en una sala, una película sencilla y fresca, mágica, cautivadora. Emotiva sin ser lacrimógena, previsible y sorprendente a la vez, donde el final no es como sería esperable, al tiempo que resulta sencillamente auténtica, genuina. Una película que bien podría ser una historia real, donde el encuentro de dos personas en idéntica situación personal, que conectan, en este caso en lo musical, produce el espejismo del surgimiento del amor. Y así es, la comunión que logran los personajes principales, interpretados de forma correctísima por Keira Knightley y Mark Ruffalo, que consiguen transmitir con gran espontaneidad, permite construir un relato cercano, verdadero y conmovedor.
Dos personajes perdidos que se encuentran en el momento adecuado, lo que les sirve para apoyarse el uno en el otro y así salir reforzados y poder avistar la luz al final del túnel.
De fondo nos acompaña una más que digna banda sonora que contribuye a crear el ambiente acogedor que define la película, siendo una parte más de la historia. La música se convierte, así, en otro personaje, que te cautiva y te seduce. No es por tanto, un musical al uso, sino una película donde la música es más que cooperadora necesaria, imprescindible. Supongo que el hecho de que su director sea un músico retirado le permite aproximarse al género con una desenvoltura que se respira.
Siendo como soy refractaria a los musicales, he de admitir que “Begin again” me ha complacido como hacía tiempo que no me ocurría. Tanto si gusta como si no este tipo de cine, no puedo más que recomendarla, porque es la clase de película gozosa, optimista que te contagia buen rollito. Alguien da más?
Alicia dixit