IM
JULI
DE
FATIH
AKIN
Para
rematar el curso de alemán, la profe (desde aquí mi homenaje a su buen hacer) nos
ha puesto la impresionante “Im Juli”,
película que fue en su momento (2000) un éxito de crítica y taquilla en su país
de origen (desconozco si circuló fuera del circuito germanófilo). Y ha sido,
sin duda, un magnífico colofón para un curso divertido y estimulante. Cuando nos comentó su intención de traer a
clase este film del turco-alemán Fatih Akin,
me vinieron a la memoria las
películas vistas de este autor (Gegen
die Wand, Auf der anderen Seite y Soul kitchen, en sus títulos originales) y el
buen sabor de boca que cada una de ellas me dejó, en su momento.
Fatih
posee un don para contar historias. Su cercanía, su
naturalidad, su gran capacidad para
transmitir emociones me han convertido
en una fiel e incondicional admiradora desde siempre. Pero lo había olvidado.
“Im
Juli” me ha erizado el vello. Me ha sacudido
(de satisfacción) y me ha refrescado las emociones ya sentidas con la sencillez con la que ya lo había logrado en
las anteriores ocasiones.
Película
previa a las ya vistas por mí, “Im Juli” anticipa perfectamente lo que ha sido,
a continuación, su universo fílmico: la confluencia de dos mundos
supuestamente antagónicos (el alemán y el turco) pero que resultan a los ojos
del espectador perfectamente ensamblados. Sentimientos como el amor “romántico”
planteado sin florituras ni prejuicios.
El itinerario que siempre recorren sus protagonistas a lo largo de las
distintas geografías y los distintos paisajes humanos, como símbolo de la
búsqueda de la identidad y en último término de la felicidad, acompañados por
otros múltiples simbolismos que le
permiten explicarnos su peculiar visión
del mundo.
Por
si faltaba algo, las peripecias y
aventuras de sus protagonistas
transforman cada película en una perfecta obra
para el entretenimiento.
Pero
llaman especialmente la atención la dulzura que impregna cada relato y la
ternura de cada uno de sus personajes, y le convierten en un maestro de su tiempo, en
un rara avis del cine alemán tan escueto y tan poco generoso (o al menos la mayor parte de lo que de él se deja ver
por estos lares).
Fatih
Akin nos habla sobre lo verdaderamente importante de la vida cotidiana con una sencillez inaudita. Cada obra suya es turbadora y a la vez
ingenua. “Im Juli” rebosa optimismo y entusiasmo.
Una
road movie colorida y chispeante como hacía tiempo que no veía en el cine, con
el sabor característico de las películas del autor, relatada como si de un
cuento oriental se tratara, es, sin duda, una obra imprescindible de su filmografía.
Cine
lírico por excelencia que no dejará a nadie indiferente. Si no lo conocéis ya
es hora de que lo hagáis. Yo, por mi parte, prestaré más atención a la
cartelera por si nos llega alguna de sus más recientes creaciones.
Imperdonable
perdérselas.
Alicia
dixit