LOS NIÑOS SALVAJES
DE
PATRICIA FERREIRA
A partir de un hecho real, (lo que demuestra que
la realidad supera con creces a la ficción) Patricia Ferreira ha firmado una
grandísima película. Trepidante desde el inicio, este excelente exponente de thriller psicológico, (que dirían los críticos
empeñados en poner etiquetas) refleja con clarividencia y crudeza los
potenciales daños del entorno en los
jóvenes y lo determinante de los comportamientos de los adultos en el “crecimiento personal” de
los niños, todo ello visto desde la
perspectiva de los propios adolescentes. Siendo, como es, una película del tipo
“historias de adolescentes: sus conflictos, sus relaciones de igualdad en el
grupo, sus relaciones con la autoridad
de los padres, de una parte y de la escuela, de otra”, me ha resultado
extraordinariamente personal. Una muy
lúcida y nueva visión desde el ángulo contrario. La posición en la que te coloca
la directora no es la habitual del
espectador que observa desde la perspectiva adulta, sino que consigue ponerte
en los zapatos de cada uno los protagonistas, chavales de 15 años. Logra
que empatices con ellos de manera tal que percibes a los adultos que les rodean (padres,
profesores…..), como si de seres extravagantes
se tratara. Y desde este ángulo los muestra como personajes imperfectos, perturbados
y perturbadores, incomprensibles, enajenados o sencillamente torpes. Personas
reincidentes en la comisión de errores en la tarea de educar, a veces queriendo
hacerlo bien, a veces sin siquiera intentarlo. Errores cotidianos, de gente normal, sin aparente trascendencia, pero que en ocasiones, como en la historia
aquí relatada, resultan trágicos. Errores
cometidos por todos: ser intransigentes hasta la irracionalidad; ser inoportunamente complacientes; estando llenos de prejuicios o siendo
egoístamente indiferentes ante la
realidad de sus hijos/alumnos. Se masca la tragedia desde el primer momento, pero nada hace presagiar lo estremecedor del
desenlace. No quiero destripar la película a aquellos que estén interesados en
verla. Sólo quiero advertir de que hay
que estar preparado para reflexionar, con ojos autocríticos, sobre la complejidad
de ejercer de buen padre/educador. Asusta
pensar qué hacemos mal los adultos en ocasiones como ésta. ¡Qué grado de responsabilidad tienen los jóvenes en
sus comportamientos asociales! ¡Cuánta de la culpa de sus actos es nuestra! ¡Cuán irreversible
puede ser el daño causado!
La película no resultaría tan impactante sin el acierto en la interpretación de los
actores del film, que están extraordinarios, si bien, merecen mención
especial los tres jóvenes protagonistas. Mis preferencias van, sin embargo, para la niña, que ya dio muestras de su buen hacer en “Pa
negre” y que confirma, aquí, sus incuestionables dotes interpretativas.
Espléndida película.
Alicia dixit.