PERDIDA (GONE GIRL)
De
DAVID FINCHER
Nick, fornido Wasp, de
vida plácida en apariencia feliz junto a
una bella y chispeante esposa, se
encuentra con que el día de su quinto aniversario de boda, tras hallar signos
de lucha en su hogar, Amy (que es así
como se llama su mujer) ha desaparecido de forma inesperada y misteriosa. De
esta manera comienza “Perdida”, lo que apunta ser un inicio de infarto (es una
forma de hablar). A partir de ahí empiezan a desvelarse secretos de su vida
matrimonial que desmontan la idea inicial
de “relación idílica de la
pareja” que reinaba a su alrededor. Se descubren, en constantes flash-backs, faltas de sintonía,
desencuentros, problemas económicos,
manipulaciones varias con la guinda de la infidelidad, que habían convertido el matrimonio en un infierno. Nada extraordinario, hasta
ese momento, porque como ya se sabe, el matrimonio es el lugar idóneo para
perpetrar lo peor que la mente humana pueda
imaginar. Pues bien, así las cosas,
la trama engarza parciales desenlaces más o menos
previsibles, a pesar de lo cual la película mantiene la tensión en todo
momento, con lo que el largo metraje (y
nunca mejor dicho) de 146 minutos
resulta ameno. Pero a partir de un punto, se pierde el norte. Lo que suele ocurrir en este tipo de films:
lo que empieza siendo aterrador, acaba resultando irritante de puro inverosímil. Lo posible se estira
hasta rozar el surrealismo y lo que es impactante inicialmente, acaba
siendo cómico, vulgar, propio de los telefilmes de serie b de la tarde de los domingos de Antena 3 (por citar un
ejemplo).
Del oficio de David
Fincher no cabe la menor duda, y buena prueba de ello es la capacidad
de entretener incluso cuando la historia se le ha ido de las manos (más bien el
personaje de Amy) y recobra vida propia. Desconozco el libro base del guion, ni tengo noticias de su autor/a, pero tiendo a
sospechar que es ahí donde se encuentra el origen del descalabro, y que ajustarse fielmente a
la obra, es lo que hace perder aliciente al film.
En todo caso, debo
reconocer que no deja de ser una película con imán para los amantes del
thriller, lo cual dista mucho de lo
leído en algunas de las críticas vertidas sobre ella que le
atribuyen cualidades que no posee, si no
la califican, directamente, de obra
cumbre del género.
En fin, se deja ver, que
ya es mucho, en los tiempos que corren. Ahora bien, yo esperaría a ponérmela en
casa, una tarde fría de domingo, al
abrigo de la manta del sofá y junto a un
hombro amigo sobre el que recostarse en los momentos de máxima tensión. No da
para más.
La que no hay que
perderse es la genial “Relatos salvajes” en la actualidad
en cartel.
Seguiremos informando.
Alicia dixit