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LA VIDA MISMA.GERMÁN

Si no puedes escribir, escribe

jueves, 18 de septiembre de 2014

AVANT L´HIVER
DE
PHILIPPE CLAUDEL

Siendo como  es “Avant l´hiver” un característico film francés en lo que a ambientación y  ritmo se refiere, sorprende  sin embargo  por el perfectamente  bien imbricado guion y su estupenda  factura de cine de suspense. No suele deleitarnos el celuloide francés con obras de este género, o al menos  no abunda en  lo que de él se exhibe en nuestras salas, lo que no significa que no sean capaces de llegar, también aquí, a las  más altas cotas de calidad.  Película ambientada en un paraje paradisíaco que enmarca a la perfección la vida desahogada de la pareja protagonista, de clase alta, cuyas  envidiables condiciones materiales ya apuntan,  desde el inicio, a  que no todo el monte va a ser orégano. La gran mansión, el frondoso escenario y el color gris del cielo,  insinúan inmejorablemente la soledad, el aislamiento, la falta de alegría que puede  también presidir la fácil vida  de los privilegiados. Y en eso consiste la historia que Philipe Claudel nos relata con primor. Los avatares de un profesional de éxito, felizmente casado, con una familia idílica y amigos incondicionales con los que compartir los cotidianos agradables momentos no son siempre perfectos. O mejor dicho, no son nunca perfectos, por mucho que  puedan parecerlo. Tras la aparente concordia y placidez siempre se esconden secretos que enrarecen las relaciones  y complican la existencia. Con la excusa de una aparición repentina, una joven que irrumpe de forma inesperada y persistente en la vida del protagonista, cirujano de profesión y  perfectamente encarnado por Daniel Auteuil,   se  ponen sobre la mesa las cartas de su vida personal mostrando  las dificultades propias del devenir de cualquier sujeto con independencia de su procedencia, raza o  condición. No siempre son las mismas, naturalmente, pero cualesquiera que puedan ser impiden una vida plenamente placentera. Y así aparecen los celos detrás de amistades inquebrantables, o los secretos que distorsionan los afectos, crisis que se viven independientemente de las particularidades, cuando la convivencia con la pareja  se alarga en el tiempo, o  las que se producen en el ocaso de la vida laboral de aquellos que han gozado de reconocimiento y éxito en sus respectivas profesiones y que  ven llegado el momento de ceder el testigo a jóvenes con empuje. De toda esta combinación de elementos, resulta un cóctel fabuloso al hilo de dos historias paralelas: una,  la del fluir de la  rutinaria vida del protagonista, otra, la de los efectos  en  ésta  de la irrupción inesperada de una joven marroquí que actúa de detonante de  los  conflictos latentes en su interior.
Como guinda al  suculento pastel  la presencia de los protagonistas, Kristin Scott Thomas y Daniel Auteuil, que impregnan de veracidad sus personajes.
En fin, este inesperado y atípico film francés ha colmado todas mis expectativas, y me confirma, una vez más,  la buena forma, la vitalidad y creatividad  cinematográfica de la que gozan nuestros vecinos del norte. 
Chapeau!!!


Alicia dixit

martes, 9 de septiembre de 2014

EL NIÑO
DE
DANIEL MONZÓN


Tras la seductora Celda 211,  era inevitable crearse  ciertas expectativas sobre lo que Daniel Monzón pudiera deparar al a priori entregado espectador. Craso error el de crearse expectativas, porque ello conduce, casi irremediablemente, a la decepción. Aun así,  tuve que  desterrar la inicial desconfianza que me generan las cintas de acción para mantener intactas las ganas de ir al cine. También  hube de desechar cierta  reticencia  provocada por  el hecho de que el argumento  versara sobre  el tráfico de drogas en el estrecho, no tanto porque el tema no me parezca de actualidad además de tremendamente oportuno  para  un film  de este tenor, sino porque, como ya vengo advirtiendo reiteradamente en mis reseñas, los  ambientes sórdidos  y  por ende, las historias truculentas que en ellos habitan, me hacen cada vez más insoportable el visionado de ciertas películas.

Creo que, no sé si producto de la edad, de los cambios hormonales experimentados, o sencillamente de una evolución  natural  de la razón  y del buen gusto (que en algunos casos se refina  con la edad) lo cierto es que  mi subconsciente ha ido desarrollando un rechazo casi físico a las películas “violentas” o simplemente  “desagradables”,  hasta el punto de desistir de ir al cine cuando tengo noticias de la dureza de determinadas escenas.

 Y esta podría ser calificada de “desagradable”,  en el sentido de que si bien es ficción todo lo  contado, resulta tan verosímil que uno es consciente de que la realidad del universo descrito no debe diferir demasiado de lo que se nos presenta en la pantalla: la brutalidad de los capos del narcotráfico, el mundo de la marginalidad y la precariedad económica como  caldo de cultivo de  incautos que caen en manos de los más desaprensivos sujetos;  la inconsciencia (si no la desesperación) de muchos de los  jóvenes que se adentran en el mundo del tráfico de  drogas; la dificultad para escapar de las redes de las  bandas una vez en ellas……….

Pero,  aun contando con que la temática me iba a resultar poco atractiva,  mantenía intactas  todas mis ilusiones  sobre las bondades de “El niño”. Y tengo que decir que creo que cuenta con muchas.  Así, las escenas de acción son verdaderamente creíbles, por auténticas, y no requieren de otro tipo de artificios (efectos especiales) para resultar trepidantes; el guion está logrado, realista  y no cae  en excesos ni florituras que con frecuencia  hacen  difícil seguir el hilo argumental (aquí se sabe quiénes son los malos que están claramente identificados y no son más de los estrictamente necesarios, salvo allí donde debe mantenerse el misterio); sus  diálogos son  muy de la calle, muy frescos;  el factor sorpresa se maneja correctamente  hasta prácticamente el final de la cinta;  el trabajo  de los actores es correcto (me gustan el  estreno en la pantalla del  protagonista, Jesús Castro,  que responde no solo  físicamente sino también  por la actitud perfectamente a la psicología del  personaje principal y  el descubrimiento de Miriam Bachir, que resulta, además de  natural, de una poderosa belleza); los romances…….En fin, “El niño”  se caracteriza  por ser un claro ejemplo de cinta de acción/suspense que cuenta con todos y cada uno de los ingredientes necesarios bien dosificados para configurar una película entretenida. Entonces por qué llegué a aburrirme en algún momento de la cinta????? No tengo una respuesta clara para esta pregunta: un exceso de metraje, combinado con  alguna pérdida de ritmo puntual  y una cierta frialdad en el relato, quizá. Detecto una cierta ausencia de calidez en la forma de contarnos la historia que se suple con una impecable  factura técnica pero que  no impide que la historia se  mantenga  alejada  del espectador. Le falta, pues,  cercanía.

Si bien  soy capaz de apreciar las  numerosas cualidades de este  thriller y  de reconocerle el mérito  a su director, pareciéndome como me parece un buen producto del puro cine de entretenimiento, esperaba algo que no me ha podido dar.

Suscribo plenamente las certeras palabras de Carlos Boyero que la califica de “brillante pero no cautivadora”. No tengo más que añadir.

Alicia dixit