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LA VIDA MISMA.GERMÁN

Si no puedes escribir, escribe

jueves, 24 de marzo de 2016

THE GIFT
DE
JOEL EDGERTON


Como ya es sobradamente conocido, soy una incondicional de la novela negra y de su equivalente cinematográfico. Hasta de sus sucedáneos  menos tolerables soy seguidora. Lo reconozco, es una debilidad. Huelo a la legua, cual adiestrado sabueso, cualquier posible presa, y  una vez detectadas procuro asesorarme antes de abalanzarme sobre ellas, aunque no necesito demasiados argumentos para aventurarme a  su caza. Así, había tenido noticias del estreno de “El regalo” y  ante la expectativa de encontrarme ante un buen ejemplar, no pude evitar la ávida lectura de la reseña en prensa en busca de una buena coartada y contraviniendo mi propio principio de no dejarme condicionar por opiniones ajenas y no siempre fiables. En estas estoy cuando me encuentro palabras alentadoras sobre las bondades del film que me arrojaron en sus brazos, sin más reservas. Y así, me veo ante este thriller de formato clásico y esquema manido (pareja en apariencia feliz que ve trastocada su convencional  vida tras la aparición de un tercero, en este caso amigo de infancia del marido). He de decir que el inicio me hizo desconfiar,  y me previno sobre una aparente película de las múltiples que anidan en nuestras televisiones los fines de semana. En definitiva, nada  apuntaba  ser de interés más allá de la reiterativa historia del maligno maquinador que perturba con su intromisión  la vida plácida de gente corriente, provocando las consecuentes y predecibles tensiones.
Pues nada más lejos de lo esperado. A medida que la película avanza, los tópicos se trastocan y nada es lo que parece. Las sorpresas se encuentran dentro del mismo esquema de base. Ni el en apariencia malo es tan malo, ni el aparentemente bueno lo es tanto y aunque parezca imposible, después de haberme tragado miles de películas con este formato siento que el interés crece a medida que la trama se desarrolla y avanza. Los buenos y menos buenos son gente corriente y apegada a la realidad. Sin excesos ni caricaturas ni histrionismos. Me consigue atrapar gracias a un planteamiento novedoso y un imaginativo final. Lo cual no es poco, teniendo en cuenta que se hace muy difícil pergeñar nada original en este tipo de historias. Y con lo que en apariencia parecen medios escasos, se obtiene un resultado  más que digno. Las interpretaciones (con unos actores del todo desconocidos para mí) permiten hacernos creer la historia, que por otra parte refleja personajes del todo reconocibles. Lo cual acrecienta su encanto y lo distingue del resto de películas del género, que en general pecan de excesos en sus guiones con el objetivo de lograr un mayor impacto en el espectador. Aquí los personajes resultan cotidianos, y la historia perfectamente verosímil. Todos conocemos sujetos de las características de los aquí presentados, lo cual lejos de restarle efecto, se lo acrecienta. En mi opinión no hay nada más aterrador que la representación de los creíbles personajes desequilibrados que en un grado o en otro nos vamos encontrando por el camino. Y  es aquí donde radica todo el atractivo de este magnífico film, en su apego a la realidad.
Agradezco enormemente poder disfrutar de  thrillers de la calidad del aquí comentado,  porque hasta a mí me sorprende encontrármelos. Y porque me renuevan el entusiasmo.
Buen trabajo el de todos. Pero mi más sentidas felicitaciones para el guionista (que es uno de los protagonistas) que tiene el mérito de conseguir cautivar con una historia sobria, alejada del común de las películas del género, a pesar de estar encuadrada en un  marco poco propicio para la innovación y cuyo casi único recurso consiste en la exageración.
Otra vez,  enhorabuena.

Alicia dixit

sábado, 5 de marzo de 2016

“Carol”
de
TODD HAYNES

Ni la galardonada como mejor película “Spotlight” en los últimos “Óscars” que en mi opinión encajaría mejor en la categoría de “documentales”; ni la perfecta escenografía y  excelentes actores de  “La chica danesa”; ni  el pastelón “Brooklyn” con tintes de novela rosa (historia sobre la inmigración irlandesa a Nueva York) han dejado huella  alguna en mí, salvo el  grato sabor de boca que dejan las extraordinarias interpretaciones que las distinguen (solo hay que revisar la concentración de nominaciones que han concitado en la más reciente fiesta del cine de Hollywood). Pero como una buena película, en mi opinión, debe ser una confluencia de aciertos, más allá del buen trabajo de los actores (si bien este factor ocupa un lugar preeminente  y determinante en el conjunto) Carol reúne todos los ingredientes necesarios  para ser considerada una gran obra. Así, cuenta una historia  lésbica con  extrema sensibilidad (agradezco enormemente que nos ahorren las escenas de cama, que con frecuencia lejos de aportar frescura al film, distraen de lo esencial);  su  ambientación está perfectamente lograda (escenarios y vestuario te trasladan  a la Nueva York de los ´50 de inmediato);  las interpretaciones son admirables (mencionar la elegancia que Cate Blanchet  irradia en cada personaje que interpreta no es ninguna novedad, pero hay que decir que en esta ocasión,  resulta tan seductora que hasta yo misma podría caer rendida a sus pies);  su  estética primorosa, en fin, hacen de su visionado una experiencia placentera.   
Supe después de verla que se basaba en una novela de Patricia Highsmith (si bien que escrita bajo seudónimo) lo cual no me sorprendió a la vista del resultado, y dado que sus novelas, en general, resultan muy cinematográficas (no voy a enumerar ahora todas las que se han llevado al cine y que, con más o menos acierto, han sido un éxito de adaptación). De su habilidad como fabuladora  tampoco tengo nada que añadir, pero sí resaltaré que en esta ocasión la historia (autobiográfica) nada tiene que ver con sus  más habituales relatos de intriga.
Con extrema delicadeza nos narra la relación amorosa (en su contexto histórico)  de dos mujeres alejadas en muchos aspectos (por la diferente edad y la distinta clase social) pero unidas por la pasión. Y aunque puede suscitar opiniones contradictorias (algunos la tachan de excesivamente larga o de excesivamente lenta que son diferentes  maneras de decir lo mismo) en ningún momento me hizo perder un ápice de interés. Clavada como estaba al asiento, el realismo de la narración  y la atinada interpretación que de los personajes protagonistas hacen tanto la gran Cate Blanchet, como  la para mí desconocida Rooney Mora, consiguieron  mantenerme frente a la pantalla sin pestañear, además de tocarme la fibra sensible. Película distinguida en el fondo y en la forma con personajes  delicadamente refinados que convierten la cinta en un placer para los sentidos.
 Yo no aspiro a más….
                                                  

Alicia dixit