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LA VIDA MISMA.GERMÁN

Si no puedes escribir, escribe

jueves, 10 de diciembre de 2015

EL CLUB
 DE
PABLO LARRAIN

Sumergirse en los problemas de la iglesia Católica es un ejercicio poco gratificante por lo desagradable que resultan los execrables crímenes cometidos a lo largo de los tiempos. Pablo Larrain expone una imagen fiel de esta atrocidad haciendo sentir al espectador incómodo todo el metraje de la película. No escatima recursos para conseguir su fin. Nos muestra la historia inmersa en una luz fría de color gris sucio como si observáramos a través de un velo para protegernos del asco que provocan todos y cada uno de los personajes. Desarrolla la trama en un espacio cerrado donde las miserias se puedan racionalizar. Aleja la residencia donde se producen los acontecimientos de cualquier posible contacto humano como si de una fosa aséptica se tratará. Describe un infierno cómodo para sus diabólicos moradores donde la ausencia de arrepentimiento les permita reescribir su historia personal. La narración está llena de tiempos muertos para que no pierdas la sensación de incomodidad. Pablo Larraín no sólo mete el dedo en la llaga sino que una vez dentro lo retuerce hasta impedir cualquier rasgo de debilidad y compresión de las aberraciones que han cometido a lo largo de su vida los protagonistas. 
El final es tan mísero como real. Hay que mantener en el exilio infernal a esos diablos faltos del más mínimo sentimiento de culpa y sin ningún ánimo de expiación. El motivo: salvar la institución. La gravedad de sus crímenes es tal que es mejor ocultarlos que juzgarlos para evitar la fuga masiva de fieles. El negocio es el negocio.
Es imposible no hablar de los actores y su soberbia interpretación. Su nivel es tan alto que será complicado que no queden identificados como esos psicópatas de la película “El club”. Un actor que se arriesgue a que se le identifique con esos personajes tiene que estar muy seguro de su capacidad. Ellos lo están y su calidad les permitirá afrontar otro sin fin de obras arriesgadas  y nos volveremos a quitar el sombrero con ellos.
Desde este momento seguiré con la misma devoción el cine chileno como ya hago con el cine argentino. Espero ansioso nuevos trabajos.
Germán.

OCHO APELLIDOS CATALANES
DE
EMILIO MARTÍNEZ-LÁZARO

Que era difícil que esta secuela estuviera al nivel de “Ocho apellidos vascos” era previsible. Que el efecto sorpresa se hubiera desvanecido y eso hiciera perder frescura a la cinta, estaba cantado. Que la chispa de los personajes originarios se pudiera mantener intacta  hasta el punto de convertir esta nueva entrega en una peli con el  punch de la anterior, era difícil visto el resultado de la primera (salvo las excepciones de Carmen Machi y del genial Karra Elejalde). En cambio, sÍ parecía razonable esperar que los guionistas supieran exprimir todo el jugo a los clichés del catalanismo en un momento álgido del independentismo que es una fuente inagotable de chirigotas. Pero los  sketches y los gags son escasos y poco agudos en esta ocasión. Gira la cinta alrededor de los ya conocidos personajes con el añadido de  los nuevos (poco ingeniosos, todo hay que decirlo) y el ambiente catalán parece un decorado de cartón piedra, secundario, sin vida propia. Siendo como era protagonista la idiosincrasia vasca en la primera película, no se logra el mismo virtuosismo con el seny catalán (desconozco las razones) y ni  el aire de retrato costumbrista ni el  desarrollo ocurrente de los acontecimientos se consiguen, any more. Fallida resulta la incorporación de los personajes autóctonos, y ni siquiera  Rosa Mª Sardá es capaz de compensar las carencias de los restantes papeles renqueantes. Especialmente pobre resulta el de Berto Romero, que en esta ocasión no dice nada,  para mi sorpresa, que soy una incondicional seguidora de sus intervenciones en los programas de Buenafuente y en el formato “monólogos”. Artificiosa, superficial, poco espontánea, nada genuina, en absoluto ingeniosa esta nueva entrega parece realizada por extraños  que nada conocen del seny catalán, salvo los tres estereotipos de rigor (la sardana, los castellets, la butifarra y la tacañería). Y se mete como con calzador el antiespañolismo reinante con algún  chiste poco logrado.
Película anodina que no termina de conectar con el gran público (yo no oí risas en la sala a pesar de estar llena, luego no era yo la única decepcionada…..).
En fin, que llevará recaudado más que ninguna película española anterior,  pero no merece, ni por asomo, el éxito del que está disfrutando. Ahora, eso sí,  la magnífica campaña de publicidad emprendida por Tele 5 (cada poco Pedro Piqueras  da cuenta de ella en su noticiario) junto con las ganas que todos tenemos de echarnos unas risas, han logrado lo planificado por los productores con esta película hecha de encargo: un taquillazo de record.
Pues eso, confío en que acabe aquí la serie porque el asunto ya no da más de sí……
Alicia dixit


miércoles, 9 de diciembre de 2015

SPECTRE
DE
SAM MENDES

Flojita  la última entrega de James Bond, que tras las expectativas creadas por Skyfall resulta especialmente decepcionante.  Y ello a pesar del crédito con que cuenta Sam Mendes, que con  la anterior dirección logró un ejemplar perfecto de la serie de Bond. Y a pesar, también, de la gran interpretación que del personaje ejecuta Daniel Craig –yo diría que tras el escocés Sean Connery, Daniel es quien mejor encarna al agente 007.- Correcta también es la interpretación del villano que corre por cuenta del sobrio Cristoph Waltz. Sin embargo, ninguna de estas cosas impide que la película resulte anodina y por momentos aburrida por lo que acaba uno revolviendo el trasero en el asiento, impaciente por terminar con el trámite.  El personaje más insulso, en mi opinión, es el de la protagonista femenina (Lèa Seydoux)  a años luz de las más altas cotas alcanzadas por alguna de sus predecesoras (muy alto el listón de una espectacular Ursula Andress surgiendo del mar embutida en lo que ha sido uno de los  bikinis más emblemáticos de la historia del cine de todos los tiempos, p. e. ). Solo se salvan las escenas de acción que siempre resultan trepidantes.
Trama sin gancho que, en fin, hace de Spectre una película del montón.
              Alicia dixit.

lunes, 7 de diciembre de 2015

NOBODY WANTS THE NIGHT
DE
ISABEL COIXET

Mi reconciliación con Isabel  Coixet parece duradera, y eso que “Nobody wants the night” no presagiaba lo mejor. Aun así mi “idilio cinematrográfico” con ella se mantiene firme.  Nuevamente me ha conquistado con una película en las antípodas de mis géneros favoritos, lo cual tiene  su mérito.  Las aventuras extremas, ni en la vida ni en la ficción, me han seducido jamás lo más mínimo. Y me aventuré a verla a pesar de ello, porque mi renovado entusiasmo por su cine (gracias a “Learning to drive”) me inspiraba plena confianza. Que no se ha visto defraudada. A pesar de la dureza de las condiciones de vida descritas en el film (que me resultan cada vez menos agradables en la pantalla) y de algún truco de guion que  se perdona por el conjunto, por el resultado final (el arranque de la historia parece poco verosímil) me ha conmovido la relación de las dos mujeres protagonistas. Dos mujeres que nada tienen en común más que el amor por el mismo hombre, lo que las convertiría en enemigas irreconciliables, y que  dadas las circunstancias las transforma en su apoyo mutuo imprescindible. Unos lazos más fuertes que cualesquiera otros los que produce la lucha por la supervivencia. Lazos que rompen con todos los antagonismos existentes en la vida de las mujeres: las opuestas condiciones de vida, la diferente moral, la diferente actitud ante las adversidades, ante la vida…… Con una excelente ambientación, unos  sugerentes paisajes y unas  imágenes cadenciosas e impactantes, se nos relata  el devenir de una relación que viaja desde la rivalidad más recalcitrante hacia una simbiosis casi  total.  Una historia  de amor generoso, milagroso, inimaginable. Y siendo ficción (como apuntan los créditos, que informan de que los inspirados en personas reales son los protagonistas pero nada dice de los hechos) a mis ojos, parece posible. Me creo esta historia  de amor entre mujeres en el límite,  llena de ternura y  de delicadeza que me eriza el  vello y  me conmueve hasta el llanto.
Y mi admiración por Isabel Coixet  crece sin fin.  Sintonizo con su cine de manera inexplicable. Es una cuestión  de piel que no alcanzo a expresar. Siento sus películas como un regalo y espero  que  este estado de ensoñación se prolongue indefinidamente.
Grandes, también, Rinko Kikuchi y Juliette Binoche, sin cuya presencia no hubiera resultado tan fácil  modelar estos  personajes.
Grandes todas. Gracias,  Isabel……

Alicia dixit