EL
CLUB
DE
PABLO LARRAIN
Sumergirse
en los problemas de la iglesia Católica es un ejercicio poco gratificante por
lo desagradable que resultan los execrables crímenes cometidos a lo largo de los
tiempos. Pablo Larrain expone una imagen fiel de esta atrocidad haciendo sentir
al espectador incómodo todo el metraje de la película. No escatima recursos
para conseguir su fin. Nos muestra la historia inmersa en una luz fría de color
gris sucio como si observáramos a través de un velo para protegernos del asco
que provocan todos y cada uno de los personajes. Desarrolla la trama en un
espacio cerrado donde las miserias se puedan racionalizar. Aleja la residencia
donde se producen los acontecimientos de cualquier posible contacto humano como
si de una fosa aséptica se tratará. Describe un infierno cómodo para sus
diabólicos moradores donde la ausencia de arrepentimiento les permita
reescribir su historia personal. La narración está llena de tiempos muertos
para que no pierdas la sensación de incomodidad. Pablo Larraín no sólo mete el
dedo en la llaga sino que una vez dentro lo retuerce hasta impedir cualquier
rasgo de debilidad y compresión de las aberraciones que han cometido a lo largo
de su vida los protagonistas.
El
final es tan mísero como real. Hay que mantener en el exilio infernal a esos
diablos faltos del más mínimo sentimiento de culpa y sin ningún ánimo de
expiación. El motivo: salvar la institución. La gravedad de sus crímenes es tal
que es mejor ocultarlos que juzgarlos para evitar la fuga masiva de fieles. El
negocio es el negocio.
Es
imposible no hablar de los actores y su soberbia interpretación. Su nivel es
tan alto que será complicado que no queden identificados como esos psicópatas
de la película “El club”. Un actor que se arriesgue a que se le identifique con
esos personajes tiene que estar muy seguro de su capacidad. Ellos lo están y su
calidad les permitirá afrontar otro sin fin de obras arriesgadas y nos volveremos a quitar el sombrero con
ellos.
Desde
este momento seguiré con la misma devoción el cine chileno como ya hago con el cine argentino. Espero ansioso nuevos trabajos.
Germán.